La energía solar fotovoltaica aislada permite generar electricidad en lugares donde no existe conexión a la red eléctrica convencional. Este sistema transforma la radiación solar en energía eléctrica mediante paneles solares y almacena la electricidad en baterías para su uso posterior. Es una solución ideal para zonas rurales, viviendas remotas, sistemas de bombeo de agua, telecomunicaciones y otros usos donde la autonomía energética es esencial. Su implementación contribuye al desarrollo sostenible al reducir el uso de combustibles fósiles y facilitar el acceso a energía limpia y renovable.